Todos son responsables de sus acciones
- PRESIDENCIA
- 4 oct 2016
- 3 Min. de lectura

Por MANUEL SÁNCHEZ AGUIRRE
Presidente Fecolfutsalón
La credibilidad no se gana, se construye. Llegar hasta donde lo hemos hecho no es producto de la casualidad y la causalidad. Ha sido todo un proceso en estos últimos 8 años hablando de la Copa Hero pero de décadas, si nos remontamos a las experiencias que engendraron el campeonato que hoy tenemos.
Por eso, he querido enfocar mi editorial de esta semana a la confianza, a la tranquilidad que deben tener los equipos que participan en nuestros proyectos y el respaldo irrestricto de parte de la División Nacional de Fútbol de Salón que siempre tendrán cada uno de sus protagonistas.
Esta semana, la División no tomó decisiones, simplemente hizo respetar el reglamento hablando de la Copa masculina con dos hechos muy puntuales y que hablan por sí solos del papel que debe desempeñar el órgano rector de este deporte.
No es nuestra responsabilidad asumir las consecuencias de una mala decisión cuando el reglamento de nuestro deporte es muy claro y diáfano en ese sentido. Una acción, produce una reacción. Se equivocan aquellos que pretenden entonces esconder sus errores no aceptando su responsabilidad en ellos.
Equipo que intente irrespetar nuestra organización y pretender que sacará provecho por infringir el reglamento se atendrá a las consecuencias. Todos quienes hacemos parte de la gran familia del microfútbol colombiano sabemos hasta la saciedad que la planilla firmada por el juez es el documento oficial del partido y que la misma se entrega cinco minutos después de haber terminado un partido. Y también, que si un jugador es expulsado tendrá una fecha de sanción de manera automática así salga o no a tiempo la resolución de la comisión disciplinaria.
Ahora bien, ignorar eso o hacer pasar por alto algo que es tan obvio no sólo genera suspicacias sino que no habla bien de sus dirigentes. Ahora bien, también cabe la recomendación a los jugadores, pues no se es profesional por el hecho de jugar en un equipo, cumplir con los entrenamientos y llevar una vida ejemplar por fuera de las canchas. También debe jactarse de ser profesional porque asume con carácter su responsabilidad. Si es consciente que no puede jugar debe hacérselo saber al cuerpo técnico y dirigencia porque sus compañeros merecen respeto y serán más las cosas que se pueden perder que las que se ganen.
Por otra parte, no podemos aceptar a esta altura de la Copa que un equipo sea tan irresponsable con nuestro prestigio y con el equipo rival que prepara la fiesta, invierte su dinero para ofrecer el mejor de los espectáculos y espera, confiado, que el equipo de la visita cumpla con su deber: llegar al partido.
También nuestra responsabilidad es el público que cree en nuestro producto, compra su boleta y nos acompaña permanentemente en los coliseos. Entonces, no hacerlo es una falta a las buenas costumbres para hacer primar necesidades muy propias.
Los dirigentes no pueden pretender ignorar lo que durante tanto tiempo se ha convertido en la garantía de nuestros campeonatos. Hacerlo es faltarles el respeto a sus jugadores y técnicos, pero en especial, a miles y miles de seguidores que confían en su accionar.
No se puede aceptar tampoco que no exista respeto por el resto de los equipos que sí cumplen, que respetan a sus rivales y están decididos a seguir construyendo nuestro prestigio, el de todos nosotros, el que nos hará fuertes para resistir cualquier contratiempo.
Tenemos una Copa donde hay oferentes para hacer parte de la fiesta y piden a gritos participar en ella.
Con todo y lo anterior, queda muy claro, que la División hará respetar cada uno de los items que componen nuestro reglamento y que las decisiones que se desprendan de ello, así no sean del gusto de unos pocos, se tomarán porque fortalecerá la confianza que los equipos deben tener con nuestra organización.











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