El país debe reconocerlo

Por MANUEL SÁNCHEZ AGUIRRE

Presidente Fecolfutsalón

Un nuevo evento internacional llamará la atención de los colombianos en los próximos días. Se trata del Mundial de Fútbol Sala de la FIFA, un símil de lo que durante 50 años hemos organizado en nuestro país con el nombre de microfútbol y que el resto del orbe lo reconoce como fútbol de salón AMF.

No vengo a promulgarle al país deportivo lo que esa disciplina del fútbol nos quiere arrebatar como deporte, no. Hoy, aprovecho esta oportunidad para decirles que como colombiano estoy absolutamente de acuerdo que el país reciba con respeto todo evento internacional… al fin y al cabo, todo lo que venda una buena imagen del país debemos recibirlo de la mejor manera, así este evento guarde internamente sólo la intención de reemplazar a un deporte posicionado en las entraña del pueblo colombiano: el microfútbol.

Pero la real esencia de mi columna es que este Mundial de FIFA, nos cae como “anillo al dedo” para que nuestro país y por ende todo el continente, entiendan las diferencias que existen con lo que nosotros representamos como organismo deportivo nacional y que ampara internacionalmente la AMF Futsal.

No hubiera sido más pertinente este evento, para que los colombianos se den cuenta que sus hijos, paridos desde el seno de los barrios populares de Colombia, que tantas satisfacciones les han brindado en las últimas décadas, no estarán en escena. Que ni los Pinilla, ni los Gómez, ni los Cuervo, ni los Echavarría, ni los Pinzón, ni los Abril, ni los Celis, ni los Murillo, ni los Gualdrón, en fin, toda nuestra constelación de estrellas, no tendrán ese escenario. Que ni Cali, Medellín o Bucaramanga podrán gozar de la magia de sus genialidades como los mejores del mundo futsal AMF. Lo anterior solo demuestra, que ellos y nosotros somos diferentes.

Hace algunas horas, a su llegada a nuestro país, el delegado de uno de las naciones que participará en este evento, me llamó y me comentó lo sorprendido que quedaba el personal de migración y los viajeros aleatorios cuando, de manera inocente, vociferaba de lo que les esperaría con nuestra selección Colombia capitaneada por Jhon Jairo Pinilla. Y claro, al igual que casi todo el país, pensaban y piensan que el Mundial de la FIFA tiene algo que ver con nosotros. Eso me lo dijo anonadado cuando hacían tránsito en el Aeropuerto Internacional ElDorado.

Lo que deja organizar eventos de esta talla es algo que la gente no calcula: las herencias deportivas son su mejor legado. Por ejemplo, en 2011, hicimos construir un coliseo nuevo, precisamente el “Bicentenario” de Bucaramanga con una inversión de casi $14 mil millones (casi cinco millones de dólares).

Alguien me preguntó también en estos días sobre el tema y le dije: el 95% de los jugadores practicantes del fútbol sala FIFA en el país, nació y se crió en las entrañas del microfútbol colombiano y no me cabe en la cabeza, ni en el corazón, no desearle lo mejor a cualquier compatriota que nos represente internacionalmente en cualquier tipo de deporte o modalidad como en este caso.

Terminé diciéndole: la responsabilidad es bien grande con un país que invirtió tanto dinero para beber las mieles de la victoria. Recordé entonces a nuestras estrellas y principales figuras de hace cinco años atrás, cumplieron con la misión.

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