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Colombia campeona mundial: los 11 guerreros de Acevedo

  • PRENSA FECOLFUTSALÓN
  • 20 jul 2016
  • 6 Min. de lectura

Fue el quinto y definitivo gol de Colombia en la gran final. Jéfferson Amèzquita sacó un fuerte y elevado disparo desde su propia área y colgó al arquero paraguayo. Muchos lo catalogaron como el mejor de todo el Mundial por su gran factura.


Por ORLANDO DE JESÚS RUSSO DÍAZ

Jefe de Prensa Fecolfutsalón-Acord Santander


¡Colombia fue inmensa!: ¿Porque logró lo que seis selecciones que lo enfrentaron no pudieron?…de pronto; ¡Colombia fue heroica!: ¿porque hizo lo que nadie en un país como Paraguay se atrevía a pensar por un segundo…tal vez. ¡Colombia fue grandiosa!: ¿Porque siendo una de las selecciones con menor talla del campeonato Mundial, no tuvo miedo de los gigantes ‘guaraníes y no se arrugó?... está dentro del análisis de lo que pudiéramos hacerle al partido.


¿Qué adjetivo podría entonces calificar lo hecho en tierras paraguayas por los “11 guerreros de Juan David Acevedo”, su técnico?… ¡todos!, absolutamente a Colombia le caben todos los adjetivos habidos y por haber, porque cada uno de ellos se acomodaría y se adaptaría a lo que pasó en esos 40 minutos de gloria que vivió nuestra selección, que en un partido perfecto, así literal y llanamente, ¡PERFECTO!, le arrebató de las manos el sueño de todo un país que respira más fútbol de salón que nosotros.


Un 5-3 que resumió lo que pasó en la cancha del coliseo de la municipalidad de Encarnación, que se vistió para vivir un verdadero carnaval, pero sus asistentes terminaron viendo como estos ‘pelao’s’ se ganaron su atención. Y sí, al final del partido, los 11 guerreros colombianos terminaron aplaudidos por los paraguayos que reconocieron lo limpio, lo diáfano y lo contundente que fue el rival y la forma como les pasó por encima en una fiesta que habían organizado dos años antes con una selección que trabajó hace 12 meses, y que se atrevieron a celebrar de manera anticipada producto de los 61 goles cantados por sus jugadores en todo el desarrollo del Mundial, que le daban la tranquilidad como para saborear las mieles de la victoria.


Pero no. La selección paraguaya vivió con resignación como un Eduardo Riaño, de apenas 1.58 metros de estatura, se les comía la cancha y que cada vez que lo insultaban y le pegaban sólo veían la actitud de un jugador humilde que apenas atinaba a sonreir y decir: “no ha pasado nada”.


A su gran estrella, Rolando Rotela, no le quedó más remedio que refugiarse en el cansancio como excusa para no aceptar que un Jéfferson Amézquita le llegaba sin miedo, lo marcaba con fuerza y con temperamento y su cuerpo, así fuera 60 kilos más de peso y 20 cms más de estatura que el colombiano, le impedía contonearse como lo hizo con las otras selecciones a las que enfrentó y les convirtió hasta hacerse el goleador del torneo con 12 anotaciones.


Los tres mil aficionados fueron con la ilusión de ver a sus jugadores en la plenitud de sus antecedentes que lo llevaron hasta el último partido con un récord de seis encuentros ganados, pero que se quedaron con la figura del capitán colombiano, Wilson Hilarión, quien lideró este propósito nacional; quien se creció de estatura hasta verse como el más grande de todos en la cancha; que con vehemencia impuso condiciones y cuando tuvo que decir las cosas se las ‘cantó’ al árbitro y a los ‘grandotes’ paraguayos que no se veían tan grandes porque este bogotano les había bajado el ‘morro’ con su sombra causando presión.


Lo de anoche, fue sencillamente espectacular, porque se jugó un partido redondo, con una gran jerarquía en los dos tiempos como los tiene que hacer un equipo que quiera ser campeón. Por eso, lo de Julián Pardo fue extraordinario, porque fue el balance, fue el socio de todos y porque cuando el balón le llegaba a sus pies el equipo descansaba con su pausa, pero aceleraba sus probabilidades de llegar cuando levantaba su cabeza para decir “bueno muchachos, nos fuimos”.


Y qué decir del arquero llanero Óscar Vega, el que le dio picardía y manejó los tiempos que tanto reclamaron los paraguayos: jugadores y público. Fue el que utilizó todas las tácticas para enfriar el encuentro cuando se necesitaba; que cuando hubo que tirarse al piso para que el equipo tomara un segundo aire, lo hizo; el que peleó con los “soldados” enviados detrás de su portería para fastidiarlo hasta manejar la situación como un grande.


A la hora de los análisis, vuelve a la memoria la acción apenas se iniciaba el partido cuando al mejor estilo de un jugador habilidoso dejó en una sola baldosa a Rotela, driblándolo en su propia bomba. Arriesgó, casi que irresponsablemente, pero fue determinante para la confianza de esta Colombia que basó sus argumentos en un técnico como Juan David Acevedo quien supo diseñar el partido de su vida con 11 guerreros que al final pudieron gritar: ¡Viva Colombia!


SÍNTESIS


COLOMBIA


Óscar Vega; Jéfferson Amézquita, Wilson Hilarión, Julián Pardo y Eduardo Riaño .- Los cinco jugaron todo el partido.


Cambios

Jhon Ospina, Juan Pablo Montoya, Juan Noguera, Carlos Obando, Jhon Castro y Bryan Zarza.


Goles: Riaño (3.10pt), Pardo (11.29 pt), Hilarión (13 pt-10.17 st), Amézquita (17.24st)


Amarilla: Óscar Vega y Eduardo Riaño


DT. Juan David Valencia


PARAGUAY


Cristian Frétez; Óscar Soto, Kevin Santos, Rolando Rotela, Paulo Rodríguez


Cambios

Alan Mera, Pedro León, Arnaldo Vega, Andrés Rivas, Leonardo Menacles, Álvaro Torres, Guillermo Causarano.


Goles: Rotela (5.38pt), Kevin Santos (9.27 pt), Guillermo Causarano (15.23pt).


Amarilla: Rodríguez


DT. Andrés Bogado


Árbitros

Leonardo Illesca (Uruguay) y Fabián Vidal (Argentina).



Los números de Colombia


Colombia conquistó el título del Campeonato Mundial de Fútbol de Salón celebrado en Paraguay con números casi perfectos. Los dirigidos por Juan David Acevedo jugaron siete partidos, tres en la fase clasificatoria, uno en cuartos de final y tres en el cuadrangular final, en un balance que lo dejó como campeón invicto.


La ruta dorada

De los siete encuentros, ganó cinco y empató dos, anotó 26 goles y sólo le convirtieron ocho (8). Su arquero, Óscar Vega defendió el arco colombiano durante todo el mundial a excepción de unos minutos en el primer partido ante los australianos cuando cedió su posición con su colega Alexánder Ospina. Perdió el trofeo de la valla menos vencida mediante sorteo al empatar en tantos en la primera fase con Argentina que alternó a sus dos porteros.


En la primera fase comenzó con victoria sobre Australia 7-0, superó a Bélgica 4-1 y empató 2-2 con Brasil, números que lo ubicaron primero en el Grupo B.


En cuartos de final viajó desde Encarnación hasta la municipalidad de Capitán Miranda, donde superó 4-0 a Uruguay que había alcanzado la segunda plaza del Grupo C, que dominó Argentina.


Ya en el cuadrangular final salió airoso en el partido ante Kazajiztán 2-0, empató 2-2 con Argentina y venció en su última presentación 5-3 a Paraguay. Sólo le servía ganar pues los locales sumaban cuatro y Colombia tres antes del encuentro y con el empate se alzaban con el título.


Los más efectivos

Su goleador fue uno de los mejores jugadores del Mundial, Wilson Hilarión, con ocho anotaciones, seguido por Eduardo Riaño y Jéfferson Amézquita con seis, así como Julián Pardo con cinco. Juan José Noguera se hizo presente con uno.


En los balances individuales, Colombia clasificó a sus cinco titulares entre los mejores 10 del Campeonato Mundial para la prensa especializada: el arquero, Óscar Vega, los laterales Wilson Hilarión y Julián Pardo, el poste Jéfferson Amézquita y el pívot, Eduardo Riaño.


En general, la Selección Colombia se llevó todos los honores que fue recompensado por la forma como la afición paraguaya y hasta los mismos jugadores locales reconocieron la superioridad de los campeones. Inclusive, las selecciones hospedadas en el Hotel Trinidad de Encarnación, los esperaron afuera para hacerles calle de honor a los flamantes monarcas de la categoría, en un gesto nunca visto en un certamen orbital. Los jugadores de Australia, Bélgica y Brasil le dieron un recibimiento sinigual al equipo.


El mejor gol

Por su parte, la quinta y definitiva anotación de Colombia en la gran final ante Paraguay, el conseguido por Amézquita, fue considerado por la AMF como el mejor gol del Mundial: fue un verdadero golazo.


Números que resumen y acreditan el título para Colombia, el quinto que ya le entrega el microfútbol al país deportivo: los conseguidos por la selección masculina mayores en Bolivia 2.000, Colombia 2011 y Bielorrusia 2013; el de mujeres en Barrancabermeja 2013 y el Sub 17 de Paraguay. Además, tiene a su haber un título Panamericano y otro suramericano, así como la medalla de oro en los Juegos Mundiales Cali 2013, entre otros.


Ya es una hazaña

En general, el fútbol de Salón ha sido campeón en mayores varones, mayores damas, en la categoría Sub 17, la más joven de la AMF y terceros en el Mundial Sub 20 de Chile 2015 y no se tiene antecedentes en este país que un deporte de conjunto coseche el palmarés que ya tiene el microfútbol. Ni tampoco en el ámbito mundial, ya que Paraguay, que lo sigue en títulos se quedó con tres y Brasil con dos.


Los técnicos campeones

Finalmente, el técnico antioqueño Juan David Acevedo se unió al cuadro de honor de técnicos campeones mundiales con Colombia que comenzó el hoy presidente de la Federación Colombiana de Fútbol de Salón, Manuel Sánchez Aguirre en el Mundial de Bolivia, y que completan el Caldense Jaime Cuervo con dos títulos (2.011-2015) y el vallecaucano Luis Mario González en el Mundial Femenino (2013).






 

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