¡Una nueva sangre!
- PRESIDENCIA
- 12 jul 2016
- 2 Min. de lectura
Por MANUEL SÁNCHEZ AGUIRRE
Presidente Fecolfutsalón
Hoy, el fútbol de salón colombiano concentra toda su atención en el Campeonato Mundial Sub 17, con este puñado de 11 guerreros que intentarán defender el prestigio de nuestro deporte en el universo de la pelota pequeña.
Durante más de una semana hemos estado al lado de los muchachos, aconsejándolos, orientándolos, controlándolos, alimentándoles sus sueños, que no son los de ellos, sino los de todo un país que sigue aferrado a su vocación micrera.
Comienza en Paraguay este nuevo proyecto de la Asociación Mundial de Fútbol de Salón que busca consolidar procesos y generar oportunidades a las nuevas figuras de nuestro deporte.
Es nuestra categoría más pequeña pero la que más expectativas despierta. Y como siempre, nosotros ahí, pensando en ganar, en enaltecer el microfútbol colombiano.
Al interior del grupo, un ambiente muy sano, muy especial, muy de familia. Un equipo que genera confianza porque cada uno de sus integrantes les reboza el compromiso, el amor por su país, el amor intenso por la patria.
Estamos ante una Selección que nos debe llenar de orgullo tricolor por lo que hoy representan en tierras paraguayas. Cuando hoy suene el pitazo inicial ante Australia, que enmarque el inicio de este nuevo proyecto deportivo de la Federación, estaremos al frente de un equipo que nos regalará muchas emociones, de eso estoy completamente seguro.
En nuestra última charla motivacional me hicieron entender lo suficientemente preparados que se encuentran pese a su corta edad. Comprendieron que sus antecesores que fueron y siguen siendo sus referentes, construyeron un prestigio que hoy los tienen como protagonistas de primer orden en este certamen orbital. Saben hasta la saciedad qué es ponerse el uniforme de la Selección Colombia y lo que eso representa para sus vidas personales y deportivas. Entienden y lo asimilaron, que no fue nada fácil el camino que aquellos recorrieron para que en estos momentos sean ellos mismos los que se beneficien del prestigio.
Desde Paraguay, estamos dispuestos a entregarlo todo por el prestigio de nuestro deporte. Somos testigos de excepción de este nuevo camino y lo vivo que se encuentran nuestras emociones… por algo llevamos en la sangre el microfútbol; por algo en nuestras venas circula una sangre repotencializada por este deporte del pueblo que nació hace 50 años para enorgullecer nuestras raíces y el hecho de ser colombianos… ¡Qué viva Colombia!
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