¡Árbitros de categoría!
- PRESIDENCIA
- 4 jul 2016
- 3 Min. de lectura

Por MANUEL SÁNCHEZ AGUIRRE
Presidente Fecolfutsalón
No en vano todos los dirigentes coincidimos en afirmar que para que un deporte tenga futuro la estrategia debe ir de la mano en la construcción y consolidación de un cuerpo colegiado. Sí, los deportistas lo son todo; los patrocinadores hacen su parte y los técnicos multiplican y masifican; pero una muy buena Comisión Nacional de Juzgamiento, consolida todo el proceso.
Una Federación como la nuestra, que muestra resultados internacionales; tiene su propio evento élite como la Copa Hero; desarrolla todo su calendario nacional en las diferentes categorías y ramas con su ligas, en fin. Una Federación como la de Fútbol de Salón, también mantiene una referencia arbitral que traspasa fronteras.
Ser árbitro de fútbol de salón de Colombia es un honor, pues ellos también se sienten que hacen parte de lo más granado del deporte popular por excelencia en este país. Ese recorrer por las frías y calurosas noches en las polideportivas de cada comuna de esta nación y dejarse abrazar por el sol penetrante de las tardes en cualquier cancha de alguna comuna, hace parte del sacrificio que estos seres humanos tienen que hacer para mantener el control del microfútbol nacional.
Se dice, que si hay una profesión donde el control debe estar a prueba de todo, es la de los árbitros de microfútbol. Son los que siempre salen sin saber si lo hicieron bien porque la mayoría los ignora cuando terminan un partido, pero vaya usted a experimentar lo que se siente cuando sólo le tocó como opción tomar una decisión bajo presión en milésimas de segundos, tratando de interpretar el reglamento sin la empatía del que supuestamente salió damnificado ¿?.
Pero pese a todo, debo reconocer como Presidente de esta Federación, que tenemos una Comisión Nacional de Juzgamiento ejemplar y a la altura de nuestra categoría internacional. Debo reconocer en Hermes Mancilla Hernández, su coordinador, la persona que durante estos últimos 26 años de su vida le ha puesto entereza a su misión de vida. Nació para ser árbitro, fue árbitro y le correspondió en esta etapa de su experiencia, hacer todo lo que está a su alcance para que las nuevas generaciones de jueces, anotadores, cronometradores y asistentes tengan todo el acompañamiento logístico y académico, porque sólo así es que han podido ir a la par de la evolución de nuestro deporte.
Es que estamos en buenas manos, con un Hermes Mancilla en su plenitud como ser humano. A sus 60 años, sigue brindándonos la confianza y su respaldo para seguir consolidando el proceso en este sentido. Al fin y al cabo, ya son 36 años los que ha invertido para hacerse a un reconocimiento y desde aquí, desde esta tribuna, se lo estoy brindando a nombre de toda la familia del salonismo colombiano.
Pero también debo recordar y destacar nombres y hombres que dejaron su huella en nuestro deporte con un pito en la boca. Al recordado y polémico juez Jorge Patiño quien hizo grande esta profesión con actitud, jerarquía y carácter y se convirtió en el referente para quienes lo siguieron en esta ardua y difícil tarea.
No menos importantes fueron el bogotano Jorge Arturo Ríos de Bogotá, en la década de los 90’s y 2.000; el bolivarense Jairo Ramos Cabeza, quien ya está retirado pero que dejó su legado en el arbitraje nacional. O los más recientes, los que han sido protagonistas de nuestro evento invitacional o Copa Hero, como el nariñense Antonio Abdeljamid y los cundinamarqueses Jesús Antonio Villarraga y Ríchard Cruz, este último quien tuvo la oportunidad de representarnos en el último Campeonato Mundial de Biolorrusia 2015, donde salimos campeones.
En fin. Los que citamos sólo para marcar una referencia pues desde este editorial sentía también que debía realizarles este agradecimiento público a los 500 árbitros que en la actualidad hacen parte de nuestra Comisión Nacional, esos mismos que un fin de semana les corresponde la difícil misión de juzgar por lo menos 2.500 partidos, que un mes se convierten en 10.000 y en un año en 120 mil.
La única tarjeta que me queda por sacarles es una verde de esperanza y eterno reconocimiento. ¡Si somos el mejor deporte, es porque también tenemos los mejores árbitros!
Muchas Gracias.











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